
A menos de cuatro meses de haber regresado a la Casa Blanca, Donald Trump enfrenta un desplome en su popularidad. Según la encuestadora Gallup, el republicano apenas alcanza un 45% de aprobación, la cifra más baja para un presidente en su primer trimestre desde que se lleva este registro, solo superada por él mismo durante su primer mandato.
La caída en la imagen de Trump se refleja en múltiples frentes. Una encuesta de YouGov y The Economist señala que su aprobación ha bajado 14 puntos en apenas 100 días. El descontento se hace evidente incluso entre sus propios votantes: cerca del 20% de quienes lo respaldaron en 2024 rechazan su manejo de la inflación, y un 12% se siente insatisfecho con su política de empleo. Este desencanto también se ve reflejado en el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Míchigan, que revela un pesimismo sin precedentes entre votantes republicanos.
Trump había prometido recomponer la economía nacional y reducir la carga financiera de las familias, pero sus decisiones iniciales han generado incertidumbre. El recorte abrupto a programas de ayuda federal, especialmente en el sector agrario, y la eliminación de funcionarios clave, ha generado preocupación en regiones tradicionalmente leales al expresidente. Además, sus acciones han sido calificadas por analistas como erráticas y poco consistentes.
La reciente guerra arancelaria impulsada desde la Casa Blanca ha intensificado el malestar económico. Aunque en un inicio Trump impuso medidas generalizadas contra socios comerciales de EE. UU., posteriormente dio marcha atrás parcialmente, lo que aumentó la sensación de improvisación. Mientras tanto, los mercados financieros han respondido con caídas casi diarias, alimentando el nerviosismo económico tanto a nivel nacional como internacional.