La investigación sobre el asesinato del docente Mateo Jaramillo Naranjo, ocurrido en un apartamento del barrio Florida Nueva de Medellín, ha dado un paso crucial. Las cámaras de seguridad del edificio captaron el ingreso y la salida de dos hombres señalados como los posibles responsables del crimen, quienes permanecieron en la vivienda aproximadamente una hora y media antes de retirarse con un morral.

El cuerpo de Jaramillo, de 23 años, fue hallado el pasado sábado desnudo, atado de pies y manos, y con signos de asfixia mecánica. Según el comandante de la Policía Metropolitana, general William Castaño Ramos, no se trataría de un robo, ya que los objetos de valor, como dinero y el computador del joven, permanecieron en el lugar. Sin embargo, los homicidas habrían sustraído un bolso que contenía documentos personales y el celular del docente, el cual fue localizado posteriormente en una casa de empeño en Bello.
Los registros de seguridad muestran que los hombres ingresaron al edificio con la autorización del docente y salieron hacia las 11:30 p. m. del viernes, abordando un taxi en las inmediaciones del lugar. Además, se pudo establecer que uno de los sospechosos había visitado el apartamento en varias ocasiones previas y era conocido por el personal de la edificación.

La Policía, con apoyo de la Sijín, avanza en el análisis de las huellas dactilares recolectadas en la escena del crimen y continúa recopilando pruebas para identificar y capturar a los responsables. Este caso ha generado un profundo rechazo en la comunidad académica de la Universidad Pontificia Bolivariana, donde Mateo era reconocido como un docente comprometido y querido por sus estudiantes.
Mientras las autoridades buscan esclarecer los motivos detrás del homicidio, organizaciones sociales y colectivos LGBTIQ+ insisten en la importancia de tratar el caso como un posible crimen por prejuicio y reiteran la necesidad de fortalecer la protección para esta población en el país.