Bogotá vive hoy una situación inédita, pues en el marco del Día Sin Carro, un grupo de ciudadanos ha decidido bloquear nuevamente las principales arterias del sistema de transporte público Transmilenio. El motivo de la protesta, que lleva tres días consecutivos, es el mal estado de las vías en la Avenida Cali, específicamente en el sector de Patio Bonito. Los manifestantes exigen la reparación de estas infraestructuras, que en su mayoría se encuentran deterioradas, generando no solo incomodidad para los usuarios, sino también un riesgo para la seguridad vial.
A partir de las 7 de la mañana, los manifestantes tomaron la Avenida Cali con calle 38 sur, un punto clave donde actualmente se realizan obras de adecuación para mejorar el carril exclusivo de Transmilenio y la construcción de un nuevo puente para los buses articulados y biarticulados. Esta intervención es necesaria, pero las demoras y la falta de un adecuado plan de comunicación con la comunidad han generado molestias constantes en la población.
El impacto de este bloqueo es significativo, ya que el Portal de las Américas, uno de los más importantes de la ciudad, ha colapsado poco a poco debido a la congestión de personas esperando para abordar los buses. La espera es cada vez más larga, mientras que más pasajeros continúan llegando, lo que agrava aún más la situación. La reducción de opciones de transporte por el Día Sin Carro convierte este bloqueo en un obstáculo aún mayor para quienes dependen de Transmilenio para movilizarse.
Según el informe de Transmilenio, el bloqueo está generando afectaciones en 12 troncales del sistema, aunque solo una de ellas, la de Biblioteca El Tintal, permanece cerrada. A pesar de esto, la situación podría empeorar si las autoridades no toman medidas rápidas para resolver el conflicto.
Este tipo de manifestaciones no solo afectan la movilidad diaria de miles de bogotanos, sino que también evidencian las deficiencias en la infraestructura vial de la ciudad, las cuales aún no han sido solucionadas a pesar de las múltiples quejas de la comunidad.
Los ciudadanos siguen insistiendo en que las autoridades deben priorizar la reparación de las vías y garantizar la seguridad y comodidad de los usuarios del transporte público. Mientras tanto, la situación de caos en el sistema de Transmilenio se mantiene, y los bogotanos enfrentan otro Día Sin Carro marcado por la congestión y la protesta.
El futuro de la movilidad en Bogotá depende de una solución pronta a este conflicto, que, si no se aborda a tiempo, podría generar aún más molestias para la ciudadanía.