Este martes se conoció el fallecimiento de Leonor González Mina, conocida como ‘La Negra Grande de Colombia’, una de las figuras más emblemáticas de la música y la cultura afrocolombiana. Tenía 90 años y deja un legado imborrable en la música y la historia del país.
Nacida el 16 de junio de 1934 en la vereda de Robles, en Jamundí, Valle del Cauca, González Mina comenzó su trayectoria acompañada del cuerpo de bailarines del Ballet Folclórico de Delia y Manuel Zapata Olivella en París, durante una presentación, cantó por primera vez frente a un público, dando inicio a una carrera que la llevó a conquistar escenarios de todo el mundo.
Un ícono de la música colombiana
En 1964 grabó su primer disco, ‘Cantos de mi tierra y de mi raza’, un trabajo que marcó un antes y un después en la representación de la música tradicional colombiana. Su repertorio incluyó clásicos como “Mi Buenaventura”, “Navidad Negra” y “Yo me llamo cumbia”, que se convirtieron en himnos de la identidad cultural afrodescendiente en Colombia.
Además de cantante, González Mina fue actriz, folclorista y representante a la Cámara. Exploró diversos géneros musicales, desde los ritmos del Caribe y el Pacífico hasta boleros y pasillos, dejando una huella imborrable en cada uno de ellos.
Activismo y legado cultural
Más allá de su talento artístico, Leonor González Mina fue una defensora incansable de la cultura afrocolombiana y los derechos de las comunidades afrodescendientes. A lo largo de su vida, luchó por la igualdad de oportunidades y el reconocimiento de la riqueza cultural del Pacífico colombiano.
Su contribución fue reconocida con numerosos premios, incluyendo la Orden Simón Bolívar, una de las distinciones más importantes otorgadas por el gobierno colombiano.