En una final que tuvo todos los ingredientes de un drama futbolístico, la Selección Colombia Sub-17 dejó escapar el título del Sudamericano ante Brasil en el estadio Jaime Morón de Cartagena. Aunque el equipo dirigido por Fredy Hurtado se fue al descanso con ventaja en el marcador, no logró sostener la diferencia y terminó cayendo 4-1 en la tanda de penaltis, cediendo el título a un Brasil que ya suma 14 coronas en la historia del certamen.
Colombia fue inteligente en el inicio. Apostó por un planteamiento ordenado y sin arriesgar demasiado ante un Brasil que no mostró su acostumbrado poder ofensivo en los primeros minutos. El equipo nacional fue creciendo con el paso de los minutos y encontró su premio sobre el final del primer tiempo, gracias a una buena acción colectiva.
El delantero Santiago Londoño, uno de los jugadores más destacados del torneo, filtró un balón preciso para Jhon Sevillano, quien definió con frialdad al minuto 42 para abrir el marcador y desatar la alegría en las tribunas. Con la ventaja parcial, Colombia se fue al descanso con la ilusión intacta.
El segundo tiempo fue un monólogo de Brasil, que adelantó líneas y comenzó a encerrar a Colombia en su propio campo. Pese al buen trabajo defensivo de los locales, el desgaste físico empezó a pasar factura. La ‘Tricolor’ aguantó como pudo, pero la presión constante de los cariocas terminó rompiendo el muro a los 89 minutos.
Ángelo Cándido, con un certero cabezazo al ángulo, silenció el estadio y puso el 1-1 que obligó a definir al nuevo campeón desde el punto penal.
En la definición desde los doce pasos, la experiencia y temple de Brasil fueron determinantes. El equipo sudamericano no falló y convirtió sus cuatro cobros, mientras que Colombia solo pudo anotar uno. La Selección pagó caro los errores y vio cómo se esfumaba la posibilidad de conquistar el torneo en casa.
Brasil levantó así su decimocuarto título del Sudamericano Sub-17, confirmando por qué es el máximo ganador de este certamen.
Más allá de la derrota, la Selección Colombia Sub-17 dejó una buena imagen a lo largo del torneo y evidenció que hay talento para soñar con un mejor futuro. Jugadores como Londoño, Sevillano y el arquero Mendoza se destacaron y ahora el reto será dar el siguiente paso con madurez y constancia.
La final fue una muestra clara de que en el fútbol, confiarse y bajar la guardia puede tener consecuencias. Colombia se quedó con las manos vacías, pero el aprendizaje de esta experiencia puede ser la base para nuevos éxitos.