Cierre de Servicios de Obstetricia y Neonatología en la Clínica del Occidente: Un Símbolo del Colapso Financiero del Sistema de Salud en Colombia

La grave crisis financiera que afecta al sector salud en Colombia cobra una nueva víctima: la Clínica del Occidente, que ha anunciado el cierre de sus servicios de obstetricia y neonatología debido a la acumulación de deudas por parte de las EPS y otros intermediarios del sistema.

La Clínica del Occidente, un referente en atención médica privada en Bogotá, ha dado un paso drástico ante la crítica situación económica que enfrentan las IPS privadas del país. En una comunicación oficial emitida el 28 de marzo, la gerente general de la institución, María Cristina Vargas Urazán, informó el cierre definitivo de los servicios de obstetricia y neonatología, los cuales cesarán de manera gradual entre el 21 y el 30 de abril de 2025.

Este anuncio no solo marca un precedente en la historia reciente del sistema de salud colombiano, sino que subraya la profunda crisis que está afectando a muchas instituciones de salud en Colombia, especialmente aquellas del sector privado. El deterioro financiero ha sido provocado por el incumplimiento de pagos por parte de las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios (EAPB), tanto del régimen contributivo como subsidiado, y también por deudas acumuladas por parte de aseguradoras y intermediarios de salud. A pesar de que la Clínica del Occidente no ha revelado el monto exacto de la deuda, se sabe que asciende a miles de millones de pesos, lo que pone en riesgo la viabilidad operativa de la institución.

El cierre de estos dos servicios fundamentales tiene un impacto inmediato en la atención de la población materna e infantil, especialmente en el occidente de Bogotá. La Clínica del Occidente ha sido uno de los principales prestadores de atención obstétrica en esta zona, brindando atención a mujeres gestantes y a recién nacidos con necesidades especializadas, particularmente aquellos con condiciones complejas o prematuridad. Con la suspensión de su unidad de neonatología, la atención de neonatos con patologías graves o prematuras se verá gravemente afectada, incrementando la presión sobre otras instituciones de salud que ya enfrentan sobrecupo y limitaciones presupuestales.

El cierre de estos servicios no es un hecho aislado. Es un reflejo del estado crítico de muchas IPS en Colombia, que han manifestado públicamente su riesgo financiero debido a la falta de flujo de recursos, glosas administrativas, y la demora en las autorizaciones y pagos por parte de las EPS e intermediarios. A pesar de las advertencias y denuncias por parte de gremios como ACESI, ACEMI y la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, la situación sigue empeorando.

El Observatorio de Financiamiento de Así Vamos en Salud ha alertado sobre las pérdidas operacionales por más de 6,8 billones de pesos en 2024, y un patrimonio negativo acumulado de -9,7 billones, lo que refleja la crisis estructural que está enfrentando el sistema de salud del país. Las denuncias sobre la falta de ejecución de pagos desde la ADRES a algunas EPS y la insuficiencia de los presupuestos máximos de salud también han sido recurrentes.

La gerente general de la Clínica del Occidente expresó en su carta institucional que la decisión de cerrar los servicios de obstetricia y neonatología es una medida difícil pero necesaria para asegurar la sostenibilidad de otros servicios médicos de la institución. A pesar de la tristeza y preocupación que genera este cierre, la clínica destacó que la medida busca evitar un colapso total de la institución.

Este lamentable acontecimiento debería servir de alerta a las autoridades nacionales y distritales sobre la urgencia de garantizar un flujo financiero adecuado para las IPS, así como la necesidad de una reforma estructural en el sistema de salud. El cierre de estos servicios esenciales para la atención materno-infantil demuestra la urgencia de priorizar la sostenibilidad de los prestadores de salud y garantizar la continuidad de los servicios médicos que son vitales para la población.

La situación que enfrenta la Clínica del Occidente es solo un reflejo de una crisis más amplia que requiere una respuesta inmediata y coordinada de todos los actores del sistema de salud en Colombia, incluidos el gobierno, las EPS, las IPS y los organismos de control. Solo a través de una solución multisectorial se podrá evitar que esta situación empeore y, lo que es más grave, que más instituciones de salud sigan cerrando sus puertas, dejando a miles de colombianos sin acceso a atención médica adecuada.