En diciembre de 2024, Medellín se convertirá en el epicentro de un hito tecnológico y artístico en Latinoamérica con la inauguración de la escultura impresa en 3D más grande de la región: un Cristo Redentor de 11 metros de altura. Este monumento, que estará ubicado en la emblemática Comuna 13 de la ciudad, no solo destaca por su tamaño, sino por su identidad colombiana y su mensaje de esperanza para uno de los barrios más representativos de Medellín, que ha sido testigo de una transformación social y cultural significativa.
El proyecto es el resultado de la colaboración entre ingenieros, artistas y empresas especializadas en impresión 3D, y tiene como objetivo no solo ser una obra artística, sino también un símbolo de progreso, innovación y sostenibilidad. La escultura está diseñada para impulsar sectores clave como el turismo, la cultura y el arte, posicionando a Colombia como un referente en tecnologías emergentes y transformaciones sociales.
La adopción de la impresión 3D en Colombia ha experimentado un crecimiento del 20% desde 2021, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, aunque aún se encuentra por debajo del ritmo que llevan países como Estados Unidos y las naciones de Europa. La fabricación aditiva, o impresión 3D, tiene el potencial de revolucionar sectores industriales al aumentar la eficiencia, la competitividad y promover la sostenibilidad.
Alejandro Osorio, Ingeniero Creativo en D3 House, una de las empresas pioneras en este proyecto, destacó que la impresión 3D no solo ofrece soluciones tecnológicas avanzadas, sino que también apuesta por la economía circular y el uso de materiales biodegradables, como los derivados del maíz, para la construcción de piezas. Esto refleja un compromiso con el medio ambiente, buscando reducir el desperdicio de material y generar un impacto positivo en el entorno.
El proyecto del Cristo Redentor en Medellín ha sido posible gracias a la participación de múltiples aliados estratégicos, como Creality, Cristofer Arte y Decoración, y el empresario Jamerson Restrepo. Estos actores han contribuido con conocimientos técnicos, recursos financieros y su visión de fomentar el desarrollo de la tecnología 3D en el país. La alianza entre estos actores demuestra el potencial de la colaboración entre sectores públicos, privados y académicos para llevar a cabo proyectos innovadores de gran envergadura.
La industria de la impresión 3D en Colombia sigue en expansión y se están llevando a cabo esfuerzos para visibilizar esta tecnología y fomentar su adopción. Programas educativos, participación en eventos, y la creación de espacios para el intercambio de conocimientos son algunas de las estrategias utilizadas para reducir las barreras de entrada y aumentar la inversión en esta tecnología.
Gabriela López, directora de Acoplásticos en Antioquia, subrayó que la adopción de tecnologías como la impresión 3D puede transformar la manufactura en Colombia, generando nuevas oportunidades de innovación, empleo y sostenibilidad. Esto ha quedado claro en eventos como el 3D Fest de Colombiaplast, un espacio donde se presentaron las capacidades de la impresión 3D para diferentes industrias.
Osorio también hizo un llamado a los emprendedores jóvenes para que aprovechen las oportunidades que la tecnología 3D ofrece, destacando que la innovación no solo tiene el poder de transformar la industria, sino de posicionar a Colombia como un líder en tecnología y creatividad a nivel mundial. “Es el momento de construir nuestras propias oportunidades y de mostrar al mundo el talento y la innovación que existen en Colombia y Latinoamérica”, afirmó.
Finalmente, LIFE PR, una consultora en comunicaciones estratégicas, se ha unido a este proyecto, contribuyendo al impulso de iniciativas que no solo aportan crecimiento empresarial, sino que también dejan una huella social y ambiental. Según Liliana Fernández, socia fundadora de LIFE PR, este tipo de proyectos no solo generan valor para las empresas involucradas, sino que también tienen un impacto positivo en la comunidad y en el entorno.
Este proyecto, que marcará un antes y un después en la historia de Medellín y Colombia, demuestra el potencial de la tecnología como motor de cambio y progreso, posicionando a la ciudad y al país en la vanguardia de la innovación tecnológica en Latinoamérica.