Este domingo, el Papa Francisco se asomó al tradicional balcón central de la Basílica de San Pedro en Roma para pronunciar su mensaje de Pascua y bendición Urbi et Orbi, frente a miles de peregrinos congregados en la Plaza. A pesar de continuar convaleciente, el Sumo Pontífice no quiso faltar a uno de los momentos más emblemáticos del calendario cristiano.
Con voz pausada y semblante sereno, el Santo Padre deseó una “Feliz Pascua” a los asistentes y a millones de católicos que seguían la transmisión desde todo el mundo. Su presencia fue recibida con emoción por los fieles, quienes no ocultaron su alegría al verlo erguido y sonriente, luego de semanas de rumores sobre su estado de salud.
Durante su intervención, Francisco renovó su llamado a la paz en los lugares del mundo donde persisten conflictos y violencia, y recordó el significado de la Resurrección como un símbolo de esperanza, fraternidad y renacimiento. “Que la luz de Cristo Resucitado disipe las tinieblas de la guerra, el sufrimiento y la indiferencia”, dijo.
Aunque el Vaticano no ha dado mayores detalles sobre su estado médico, su aparición pública representa una señal de fortaleza espiritual y compromiso con su misión pastoral. El Papa, de 87 años, ha tenido que reducir recientemente algunas de sus actividades, pero mantiene su agenda en fechas claves para el catolicismo.