“El puesto a $1.000”: pasajero de TransMilenio vende su asiento a cambio de dinero y genera polémica

Un nuevo caso de insólitas dinámicas dentro del sistema de transporte masivo TransMilenio ha desatado controversia en redes sociales, luego de que se viralizara un video en el que un pasajero ofrece su silla a cambio de dinero. La escena, que ha generado una ola de reacciones entre los internautas, ha sido calificada por muchos como una falta de respeto hacia los principios de convivencia ciudadana.

En el video, que circula ampliamente en plataformas como TikTok y X (antes Twitter), se observa cómo un hombre, sentado en uno de los articulados, le ofrece su asiento a una joven pasajera con la frase: “Oye señorita, ¿quisieras sentarte?”. Al recibir una respuesta afirmativa, el hombre agrega: “Te vendo el puesto a mil pesos. ¿Si te interesa?”. La joven, sin mostrar sorpresa, accede y le entrega una moneda de $1.000, tras lo cual el hombre se levanta y le cede el lugar.

Este no sería un hecho aislado. Otro clip difundido en redes muestra a un individuo, aparentemente el mismo, repitiendo la estrategia con otros usuarios del sistema, proponiendo lo que muchos ya catalogan como un “negocio informal” dentro del transporte público.

Las reacciones no se hicieron esperar. Mientras algunos usuarios consideraron la acción como una burla al principio de cortesía que debe regir en los espacios públicos, otros plantearon que se podría tratar de una estrategia de algún creador de contenido en busca de viralidad.

“No es un tema de dinero. Ceder la silla es un acto de empatía y respeto por los demás. Convertirlo en un negocio es degradar nuestra convivencia”, comentó un usuario en X.

Frente a la polémica, la empresa TransMilenio emitió un comunicado rechazando de forma contundente este tipo de comportamientos.

“Rechazamos este tipo de comportamientos que son contrarios al manual del usuario y al Código de Convivencia. Ceder la silla es un acto altruista y que responde a la solidaridad que debe primar en el Sistema y en los comportamientos cotidianos de las personas en cualquier lugar de la ciudad, sin buscar ningún tipo de lucro”, señaló la entidad a través de un pronunciamiento.

Este tipo de prácticas no son nuevas. Casos similares ya se han presentado en el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), donde incluso las autoridades han advertido que podrían estar incurriendo en faltas legales. Algunas fuentes aseguran que estos actos podrían considerarse una infracción al Código Nacional de Policía, e incluso, en ciertos contextos, tipificarse como un delito menor.

La situación reabre el debate sobre los límites del “humor” y las dinámicas informales dentro del espacio público, así como la necesidad de reforzar la cultura ciudadana dentro del sistema de transporte de la capital.