
La ofensiva en la Franja de Gaza se intensificó en las últimas horas con nuevos bombardeos israelíes sobre zonas residenciales, dejando un saldo de 71 muertos, incluidas mujeres y niños, según reportaron las autoridades locales controladas por el grupo islamista Hamás. Los ataques aéreos han afectado edificios sin previo aviso, lo que ha generado alarma entre la población civil y organizaciones humanitarias.
Además de los ataques desde el aire, Israel ha reanudado operaciones terrestres en el enclave, lo que indica una nueva fase en el conflicto. El Ejército israelí ha justificado las incursiones como parte de su estrategia para desmantelar la infraestructura de Hamás y neutralizar posibles amenazas. Sin embargo, los daños colaterales y la crisis humanitaria siguen en aumento, con miles de desplazados y un colapso en la atención médica en Gaza.

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia, mientras continúan los llamados a un cese al fuego. Naciones Unidas y organismos de derechos humanos han advertido sobre el impacto de la ofensiva en la población civil y la necesidad de garantizar la llegada de ayuda humanitaria. Mientras tanto, las tensiones en la región siguen creciendo, con temores de una mayor expansión del conflicto en los próximos días.